domingo, 14 de febrero de 2016

Opinión. El TPP, ¿un mega TLCAN de consecuencias destructivas para México? Por Daniel Villafuerte Solís





Óptica Socialista
Opinión



En el marco del 99 aniversario de la promulgación de la Ley Agraria del 6 deenero de 1915, el presidente Enrique Peña Nieto ratificó que promovería una “profunda reforma al campo”, que estaba en proceso de elaboración y que pronto se enviaría al Congreso.
Todavía estaban frescas las llamadas reformas estructurales en materia educativa, hacendaria, energética, telecomunicaciones y demás, producto del Pacto por México. Sin embargo, a la vuelta de dos años de la anunciada “reforma profunda” al campo mexicano, todavía no hay luces. ¿Cuál es la razón? Una explicación plausible tiene que ver con el clima político generado por el paquete de reformas estructurales, una “razón de Estado” en la que no cabría una reforma adicional, sobre un tema altamente sensible del que dependen directamente siete millones de productores.
Sin embargo, en paralelo se estaba en la última fase de negociación del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, en inglés), que tras cinco años de negociación fue aprobado el 5 de octubre de 2015, en Atlanta, Estados Unidos. ¿Se encuentra oculta la reforma al campo en el TPP?
Varios analistas han calificado al TPP como el acuerdo más letal para economías como la mexicana, más que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que aurrinó a un amplio sector de campesinos y pequeños y medianos productores, muchos de los cuales ahora trabajan en Estados Unidos como jornaleros indocumentados. Se trata de un acuerdo que involucra a 12 países (Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y Estados Unidos), la mayoría con mayor nivel de competitividad que México, por lo cual el país se verá en desventaja para venderle a Estados Unidos.
Es necesario leer con detalle los 30 capítulos que integran el TPP para dimensionar los impactos que tendrá sobre los países menos competitivos, en especial para México. Sin embargo, desde ahora se puede adelantar algunos aspectos.
El sector alimentario, el más golpeado por el TLCAN, con el TPP sufrirá un nuevo embate. Para contextualizar, recordemos rápidamente algunas cifras proporcionadas por el Banco de México: en 2014 el saldo de la balanza de productos agropecuarios y agroindustriales reportó un déficit para México de dos mil 593 millones de dólares, un valor equivalente al 40 por ciento del presupuesto asignado el mismo año a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Las cifras de las importaciones por rubros son aterradoras: entre 2010 y 2014, las importaciones de leche, lácteos, huevo y miel crecieron en 57.7 por ciento, para quedar en 2014 por arriba de los dos mil millones de dólares; las de carnes y despojos comestibles crecieron en 42.5 por ciento, para sumar cuatro mil 596 millones de dólares en 2014; los cereales aumentaron en 31.6 por ciento, de manera que en el 2014 la cifra fue de cuatro mil 259 millones de dólares; las oleaginosas crecieron en 15.3 por ciento. Los cuatro rubros sumados pasaron de diez mil 751 millones de dólares a 14 mil 342 millones, un aumento de 33.4 por ciento.

En el ámbito de la producción  
de leche y carne, México tendrá mayores dificultades por el hecho de contemplarse, al inicio del TPP, el establecimiento de cupos libres de aranceles, como se puede ver en el apéndice 2 A, B y C, mediante los cuales Australia, Brunei, Canadá, Japón, Nueva Zelandia, Singapur y Vietnam podrán vender a México leche y lácteos, leche en polvo, leche evaporada, leche condensada, mantequilla, quesos, productos preparados a base de lácteos, aceite de palma y aceite de almendra.
Como se sabe, Australia, Canadá y Nueva Zelanda son países que cuentan con un sector ganadero, lechero en particular, muy desarrollado, en comparación con los niveles de producción y productividad de México. En el caso de la producción de aceite de palma, Malasia es líder mundial; en esta materia el sur de México, en particular Chiapas, se verá afectado. Los granos básicos, en particular maíz y arroz, también quedarán desprotegidos.
Por otra parte, en el TPP hay varias referencias sobre el acceso al conocimiento tradicional asociado a los recursos genéticos que puede ocurrir mediante contratos entre usuarios y proveedores. Este tema está vinculado al capítulo que se refiere a propiedad intelectual, en particular el artículo 18.16, que reconoce los sistemas de propiedad intelectual y los conocimientos asociados a recursos genéticos cuando estén relacionados con los sistemas de propiedad intelectual. Evidentemente involucra a amplios sectores de población indígena asentados en áreas de alta biodiversidad. Esta parte también se relaciona con el capítulo 20, sobre medio ambiente, en particular el artículo 20.18, que habla de promover el comercio y la inversión en bienes y servicios ambientales.
En lo relativo a inversión, estipulado en el capítulo 9, los artículos 9.4, 9.5 y 9.6 establecen trato nacional a la inversión extranjera, así como la cláusula de trato de nación más favorecida, mediante el cual se aplica el principio de “un trato no menos favorable que el que otorgue a sus propios inversionistas”, lo que en un contexto de asimetría como el del TPP resulta una seria desventaja para México. Estas disposiciones están en concordancia con el artículo 9.7 que se refiere a “expropiación e indemnización”, que obliga a México a no expropiar o nacionalizar una “inversión cubierta”, y si ésta ocurre, sólo será por un propósito público, que deberá hacerse con el debido proceso, sin demora y a valor de mercado.
Estos son algunos ejemplos sobre las implicaciones del TPP en México. Son muchas las interrogantes que deberán ser respondidas y analizadas por los sectores involucrados. Es un proyecto de grandes alcances que vendrá a reposicionar a Estados Unidos en el concierto geopolítico y geoeconómico en el ámbito global, con implicaciones específicas para China y Rusia, y que de paso golpeará a todo el bloque de los BRICS (mercados emergentes) y vendrá a reconfigurar el regionalismo en America Latina.



Daniel Villafuerte Solís Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica  gasoda_2000@yahoo.com.mx 

Tomado de La Jornada del Campo


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