miércoles, 13 de mayo de 2015

Artículo de opinión. La Humanidad honra la hazaña del pueblo soviético que salvó al mundo del fascismo por Hernán Mena Cifuentes

 
Óptica Socialista
Noticias nacionales

Este sábado se cumplen 70 años de la épica victoria del pueblo y el Ejército Soviético sobre la Alemania nazi-fascista en la Gran Guerra Patria, hazaña bélica que cambió el curso de la historia ya que salvó a la humanidad de la esclavitud de mil años en la que Hitler pensó sumirla con su demencial sueño imperial del Tercer Reich.
Sin embargo, esta realidad ha sido distorsionada de tal manera que los EEUU y sus aliados europeos se erigen como los grandes triunfadores del conflicto gracias a la manipulación de la verdad por parte de los historiadores occidentales, los filmes “made in Hollywood”, los reportajes de diarios, revistas y documentales de televisión que relegan el papel de la URSS a un segundo plano.
Prueba de ello es que mientras decenas de gobernantes llegaron a Moscú, invitados a participar en los actos conmemorativos del Día de la Victoria, muchos de sus homólogos occidentales rechazaron la invitación, según dijeron,en protesta por la “intervención rusa en Ucrania”, cuando fueron ellos, títeres de EEUU, los que propiciaron el golpe de Estado contra el legítimo gobierno de Victor Yanokovich.
La razón de su actitud es que no le perdonan al pueblo ruso, el haber sido protagonista principal y verdadero triunfador de la II Guerra Mundial, hecho que niegan desde el mismo momento en que iracundos y frustrados vieron cómo el Ejército Soviético llegaba primero a Berlín mientras las tropas aliadas, frenadas en su avance, observaban impotentes ondear la bandera soviética sobre el Reichstag.
Esa distorsionada visión de la realidad con claros propósitos políticos e ideológicos, es denunciada por reconocidos historiadores como los españoles Marco Antonio Martín García y Carlos Hermida, autores de numerosas obras sobre la II Guerra Mundial y la Gran Guerra Patria que han contribuido al rescate de la verdad histórica que se pretende ocultar al mundo.
En este sentido, Hermida recordaba durante la conferencia dictada en mayo de 2005 en el Ateneo de Madrid, que “a medida que pasa el tiempo y los aniversarios se suceden, la tergiversación de los hechos históricos es cada vez más notoria. La versión que ha prevalecido es la de una guerra ganada por los Estados Unidos”…
“Si preguntásemos en la calle, al azar a un grupo de personas sobre Normandía, la inmensa mayoría nos respondería de esta forma: “fue un desembarco estadounidense que permitió vencer a los nazis. Pero si a este mismo grupo le preguntásemos sobre Stalingrado, el Cerco de Leningrado o la Batalla de Kursk, muy pocos sabrían contestar.”
“Nos encontramos con la paradoja de que la Unión Soviética, que fue el país que más sacrificios soportó y el que contribuyó decisivamente a la victoria, hoy ha quedado relegado a un segundo plano.”
“Y la explicación es evidente. El anticomunismo visceral de los años de la Guerra Fría, ocultó cualquier hecho que podría favorecer el prestigio de la URSS. A esta versión distorsionada ha contribuído de manera muy especial el cine de Hollywood.”…
“Se hace necesario pues, como en otros tantos temas, recuperar la verdad histórica, y volver a difundir y explicar lo que en su momento fue una certeza indudable: Que la Unión Soviética fue el país que ganó la guerra en el escenario europeo.”
Fue el 2 de junio de 1941 cuando, tras haber conquistado casi toda Europa, el Fuhrer cometió el error de invadir el país de los Soviets para adueñarse de su inmensa riqueza petrolera, el mismo sueño que hoy tiene EEUU que pretende también apoderarse del petróleo del Medio Oriente, de Irán, de Rusia y Venezuela para movilizar su portentosa maquinaria bélica en su camino de conquista planetaria.
Rusia, era entonces parte del conjunto de naciones que a raíz de la Revolución bolchevique se convirtieron en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, esperanza y ejemplo a seguir por los pueblos oprimidos del mundo y pesadilla del fascismo, que para impedirlo la invadió como hoy se disponen a hacerlo EEUU y sus aliados de la OTAN, convertidos en azote del planeta.
Pero los invasores fueron derrotados en la Gran Guerra Patria, el evento bélico más notable, no solo del siglo XX sino de toda la historia, por ser el más sangriento de todos y por haber cambiado el curso de la historia, pues de no haber sido por la victoria Socialista, el mundo sería hoy una colonia esclava del Tercer Reich.
No obstante, los herederos del Fascismo, EEUU, el nuevo imperio surgido a raíz de la II Guerra mundial y sus aliados, que apenas liberaron una pequeña porción de la Europa tras la invasión de Normandía, inmensamente inferior a la liberada por el Ejército Soviético, ocultaron al mundo que fue la URSS la verdadera vencedora, y en inmoral y grotesco acto de suplantación de identidad se presentan como los triunfadores.
Y en su irracional afán de conquistar el mundo, siguiendo los pasos del III Reich lanzaron contra la URSS la Guerra Fría que 45 años después culminaría con la extinción de esa unión de naciones, la más grande que haya visto el mundo, y embriagados de poder y triunfalismo, pensaron que había llegado “el fin de la historia”, sin saber que “se puede matar al soñador, pero nunca al sueño.”
Pero, como dijo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la Primavera”, porque las ideas nunca mueren, como lo confirma el Socialismo, que renació de las cenizas y se extendió por el mundo hasta llegar a Venezuela, donde Chávez se nutrió de su fuente de sabiduría para darle a la Revolución Bolivariana la ideología futurista y de avanzada que es el Socialismo del Siglo XXI.
Cegados por la soberbia y arrogancia que les da su condición de líderes del más grande y poderoso imperio de la historia y sentirse invencibles como una vez se sintió Hitler, olvidan los gobernantes estadounidenses y europeos, como lo hizo el Fuhrer, las lecciones de la historia, que cobra con el alto precio del exterminio a quienes la desoyen.
Y es que todos los imperios que existieron, sin excepción, desaparecieron, derrotados por los pueblos que agredieron, al pagar con la misma moneda el enorme mal que hicieron, porque como afirma el sabio y viejo refrán: “Quien a hierro mata, a hierro muere.”
De allí que la invasión alemana a la URSS, fue una tragedia humana que la memoria colectiva humana no debe olvidar jamás, para que no vuelva a repetirse, ni olvidar tampoco que el comienzo de su fin se gestó en Stalingrado, donde se dio esa batalla entre el ejército alemán y el soviético, al que se unió para defenderla un pueblo hermano, por ser ambos hijos de misma madre, la Patria Soviética, que a su vez fue hija de Rusia.
No fue el único enfrentamiento, ya que fueron miles los combates, emboscadas, escaramuzas, asaltos y cercos como los de Leningrado, Sebastopol, demás batallas como las de Smolensk, Bialystok-Minsk, Moscú, Kiev y Kursk los librados a lo largo y ancho del territorio soviético ese indómito pueblo hecho ejército durante los casi 4 años que duró la Gran Guerra Patria, pero ninguna tan larga y sangrienta como la de Stalingrado.
Una lucha de titanes fue aquella batalla que duró cinco meses, una semana y tres días, en la que participaron un millón 40 mil soldados alemanes; un millón 143 mil soldados soviéticos y centenares de miles de civiles, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres que combatieron al lado de los soldados, y murieron como miles de ellos, defendiendo a Stalingrado.
Empezó el 23 de agosto de 1942 y terminó el 2 de febrero de 1943, entre las ruinas de la ciudad destruida por las bombas, andanadas de artillería, minas y granadas, que dejaron en total ruina a Stalingrado, donde murieron, fueron heridos y desaparecieron 734 mil militares alemanes y 108 mil cayeron prisioneros de los cuales solo 6 mil sobrevivieron, para un total superior a las 850 mil bajas mortales si se suman los que murieron por las heridas recibidas.
Más alto y terrible fue el precio pagado por la URSS, ya que perdió 518. 478.471 de sus hijos: 40,000 civiles de todas las edades y 471 mil 471 soldados, de estos, 650 mil 878 heridos, cerca de millón y medio de bajas fatales si se toma en cuenta también los que perecieron después victimas de las heridas recibidas en esa ciudad, convertida en el mas grande cementerio de la historia.
La Humanidad siguió durante todo ese tiempo que parecía eternizarse, la lucha librada por el Ejército y el pueblo soviéticos mientras colgaba sobre su cabeza como Espada de Damocles la angustia y la incertidumbre ya que su triunfo significaba conservar la libertad que tenía, y una derrota, la esclavitud que le esperaba.
Por la mañana se ganaba una posición que se perdía al mediodía y se recuperaba al atardecer bajo la incertidumbre de no mantenerla al amanecer, debido a la furia desplegada en aquella lucha cuerpo a cuerpo, breve abrazo en la que las bayonetas sustituían a las balas derribando a uno o ambos combatientes con sus cuerpos atravesados por el afilado acero de tan mortífera arma.
Calle por calle, casa por casa, piso por piso de cada edificio, se luchó en la ciudad en ruinas se libró esa batalla la más larga, sangrienta y brutal que registra la historia, dantesco espectáculo en un solo acto montado sobre un escenario sobre el cual caían a cada instante centenares de sus personajes abatidos por las bombas, la artillería, la metralla y las balas de los francotiradores.
Tenían la orden de no rendirse nunca, el que lo intentaba era ejecutado en el acto por sus propios compañeros de armas. Luchar hasta vencer era la consigna, así se le agotaran las municiones, y cuando esto sucedía, esperaban a que un camarada cayera para tomar el fusil con balas del compañero muerto.
Tan incierto era el triunfo o la derrota en esa que semejaba el juego de la Ruleta Rusa, en el que no se sabe quien será el perdedor, hasta que uno de los jugadores dispara la única bala colocada en el tambor del revólver, y la partida terminó cuando el ejército alemán cayó abatido no por una bala disparada contra si mismo, sino por los millones proyectiles, bombas y demás artefactos explosivos lanzados en su contra por él pueblo y ejército soviéticos.
Stalingrado fue punto de inflexión en la Guerra de la Gran Patria tras la ofensiva desatada a partir de la victoria conquistada allí por el Ejército Soviético en su marcha hacia Berlín, que cayó exactamente 2 años y 3 meses después, el 2 de mayo de 1945 y 7 días mas tarde, el 9 de mayo se rendía el Tercer Reich, el sueño de Hitler hecho pedazos, como más temprano que tarde ha de caer EEUU junto con su sueño de conquista planetaria.
Fue el comienzo del fin de la aventura bélica del invasor germano, advertencia de la historia a los imperios, recordándoles el trágico final de la invasión del ejército francés de Napoleón a Rusia hace 2 siglos, y el de Hitler hace 70 años, ambos sepultados bajo la nieve que en invierno cubre la inmensa estepa rusa.
Y hoy, cuando se pretende tapar el sol con un dedo, negando lo innegable, el mundo, que dejó de ser víctima de esas mentiras al mejor estilo goebbeliano, celebra la victoria del pueblo y Ejército Soviético en la Gran Guerra Patria, que cambió el curso de la historia impidiendo que se hiciera realidad el sueño de Hitler de esclavizarlo durante mil años, la misma pesadilla que hoy persigue EEUU.
Fue esa generación de historiados que sacaron a la luz la verdadera historia e innegable aporte de ese ejército y ese pueblo al triunfo de la civilización contra la barbarie, la que abrió los ojos al mundo, como lo confirma, además del trabajo de Hermida, el de Martín García, que entre algunos de sus párrafos destaca.
“El Ejército Soviético durante décadas ha sido infravalorado en su papel en la Segunda Guerra Mundial, su imagen era la de torpes y harapientos combatientes que solo consiguieron derrotar a los alemanes merced a su enorme superioridad numérica. Esta imagen fue creada durante la “Guerra Fría” por historiadores y periodistas occidentales, cuyo fin era desprestigiar y minimizar el potencial bélico de la URSS.”
“Además, muchos generales alemanes, incapaces de asumir su derrota, justificaban ésta únicamente por la “imparable” superioridad numérica de la URSS. Pero esa imagen es parcialmente falsa, cuando hablamos del Ejercito Soviético habría que diferenciar entre el Ejercito Soviético de 1941, el de 1942-43 y sobre todo el de 1944.”
“El de 1941 era un ejército con numerosos problemas y deficiencias a todos los niveles, pero, tras resurgir de sus cenizas en 1942, se convirtió en 1944 en uno de los ejércitos más poderosos del mundo, con un alto nivel de entrenamiento, equipamiento y sobre todo potencia de fuego.”
“El fin de la confrontación ideológica de la “Guerra Fría” y el surgimiento de una nueva ola de historiadores “científicos” están ocasionando que hoy en día por fin se otorgue al Ejército Soviético el relevante papel que verdaderamente tuvo en la derrota del EJE.”
“Antiguamente, temas como las Batallas del frente del Este y la toma de Berlín no eran muy destacadas por varios de los historiadores anglosajones, quienes defendían (la tésis) de que la derrota de Hitler había sido causada por el desembarco de Normandía y el posterior avance aliado.”
“Algo que es una estupidez, solo hay que comparar el número y calidad de las divisiones alemanas que combatían en el frente del Este (unas 200 divisiones de un total de 314, más 40 divisiones de sus aliados) y las que combatían en el frente de Normandía (50 divisiones, de las cuales solo 11 eran “divisiones Panzer” (mecanizadas), siendo la mayoría divisiones de infantería estáticas compuestas por tropas de jóvenes desentrenados”…
“Si los aliados hubiesen tardado mas en desembarcar en Normandía, se habrían encontrado a los comunistas “liberando” Francia.”
“Para concluir, podemos decir que el Ejército Soviético fue quien derrotó a Hitler, fue quien conquistó Berlín y fue la herramienta que permitió a Stalin quedarse con el resto de Europa en la Post-guerra. Este ejército que consiguió renacer de sus cenizas, aprendiendo de sus graves errores y convertirse en una fuerza imparable.”
…”Sufrió un total de 8.860.400 muertes durante la Segunda Guerra Mundial. Estas son hoy en día las cifras oficiales que tras 15 años de rigurosos análisis científicos y estudios multinacionales han salido por fin a la luz, poniendo fin a los diversos mitos propagados por “historiadores” que calculaban las bajas del Ejército Rojo en 15, 20 y hasta 35 millones de soldados muertos.”
En total, 26 millones 600 mil personas murieron en la URSS durante la contienda (La Gran Guerra Patria), como se puede deducir, en su inmensa mayoría eran civiles, lo cual dice mucho sobre la brutalidad que ejercieron los nazis sobre los pueblos eslavos.”
Y hoy, a 70 años del conflicto, Rusia, que sigue siendo el país más grande del planeta, se yergue como protagonista central de la victoria de ese Pueblo hecho Ejército en la Guerra de la Gran Patria, por el valor desplegado por sus hijos, dispuesta a convertirse una vez más en Cementerio de Imperios, y sepultar bajo la nieve de sus estepas al Imperio yanqui si este osa hollar su sagrado suelo.
Hernán Mena Cifuentes 08/05/2015 12:13

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