martes, 21 de octubre de 2014

Venezuela a la vanguardia antitransgénica y antipatente

Óptica Socialista
Noticias nacionales
 

Caracas , 21 Oct. AVN.- Con carácter antitransgénico y antipatente se impulsa en Venezuela la Ley de Semilla, que ya fue aprobada en primera discusión por la Asamblea Nacional y que será sometida a una consulta pública, para que tanto los organismos relacionados, como el sector campesino, los productores y el poder popular, continúen haciendo sus aportes y se pueda llevar a segunda discusión en plenaria.
Esta norma jurídica, cuya exposición de motivos estuvo a cargo del diputado socialista José Alfredo Ureña, representa el empoderamiento social de la semilla, el fortalecimiento del ecosocialismo, el desarrollo económico productivo del país y el cumplimiento tanto del Plan de la Patria como de la carta magna venezolana. Sin embargo, la cualidad más importante del estatuto legal responde a que es categóricamente antitransgénica y prohíbe las patentes y los registros de la semilla, por considerarla un patrimonio de la humanidad.
“No hay más países en el mundo que tengan una ley con propuesta de semilla antitransgénica y antipatente, entonces todos los países están esperando para ver qué pasa con esta ley, así como estaban esperando a ver qué pasaba con la Revolución Bolivariana”, aseveró el diputado Ureña en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias.
Ureña indicó que Venezuela cuenta en estos momentos con la Ley de Semilla, Material para la Reproducción Animal e Insumos Biológicos, que a pesar de estar vigente ha sido muy flexible con el tema de los transgénicos.
Explicó que el concepto de transgénico es: organismo genéticamente modificado u organismo vivo modificado. “Cuando tú entras al cromosoma de ese ser vivo y le cambias la información, alteras la genética”, sostuvo, al tiempo que precisó que el término patente se refiere al registro de la semilla como propia.
“El artículo 127 (de la propuesta de ley) nos habla de la biodiversidad, pero nos dice que el genoma de los seres vivos no podrá ser patentado y la semilla es un ser vivo, por lo tanto es antipatente, es un patrimonio de la humanidad y le corresponde a todos los pueblos”, enfatizó.
Fortalecer el ecosocialismo
El diputado Ureña destacó la importancia del desarrollo rural en el país para el cumplimiento efectivo de la ley y para revertir lo que sucedió durante los gobiernos de la cuarta república, cuando la gente migró del campo a las grandes ciudades debido a que no contaban con los recursos necesarios para llevar a cabo sus actividades productivas y vivir de ellas.
Cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican un crecimiento demográfico importante en Venezuela desde el año 1990, cuando habían 21, 53 habitantes por Km2, y el año 2011, en el que se registraron 31,95 habitantes por Km2. En este sentido, el parlamentario consideró que “hay que ayudar a que haya desarrollo rural integral, que implica viviendas, vialidad, agua potable y agua para el riego, electrificación y comunicaciones”, entre otros recursos indispensables para el vivir bien.
Con el mejoramiento en la calidad de vida de los campesinos venezolanos se logrará el fortalecimiento del ecosocialismo, que tal como lo explicó Ureña en su discurso ante la AN, el pasado martes 14 de octubre durante la presentación de la ley, "tiene que ver con un modelo de producción agroecológica, la garantía de la diversidad biológica y la preservación de vida en el planeta".
El ecosocialismo está contemplado en el Plan de la Patria y plantea sustituir el modelo rentista petrolero que existió en el país, por un modelo económico productivo socialista, basado en el desarrollo de las fuerzas productivas con conciencia ambiental.
Nueva institucionalidad
La Ley de Semilla también propone la creación de un Sistema Nacional de Semilla que fiscalice y controle, a través de un centro especializado, “con capacidad y fuerza, tanto en lo técnico como en lo organizativo e institucional, para prevenir, identificar, detectar, corregir, evitar y sancionar las violaciones a esta prohibición”.
La institución tendrá como objetivo fundamental proteger la semilla campesina, que no es otra que aquella que ha formado parte de la cultura del pueblo venezolano durante años de cultivos y diversidad de cruces. “La semilla campesina es producto de esa semilla ancestral que ha mantenido su genoma, su información genética que ha sido pasada de padres, a hijos, a nietos (...) Constituye un patrimonio cultural y viene de cultivares artesanales y autóctonos”, indicó Ureña.
La nueva Ley de Semilla, proyecta entonces la instalación de un centro con laboratorios y personal capacitado para identificar la semilla transgénica y de esta forma proteger la semilla campesina, indígena y afrodescendiente, que garantiza además la producción de alimentos de mejor calidad nutritiva, dado que los híbridos y los transgénicos son altamente contaminantes.
“La transgénesis es un negocio, quien produce las semillas trangénicas, produce también los llamados agrotóxicos”, alertó el diputado al referirse a las empresas que manejan el negocio de la semilla alterada en el mundo, que pertenece en un 80% a la corporación estadounidense Monsanto. Estas empresas, además de alterar y contaminar la semilla natural, crearon la llamada “Terminator”, que son semillas estériles y que, según explica la misma Monsanto en su página web, “evita la multiplicación de semillas autofecundadas”. 
Dicha práctica atenta contra el trabajo campesino, contra toda la agricultura y por ende, contra la alimentación de los pueblos, además de que promueve la privatización de la semilla y la convierte en un bien inalcanzable para quienes han dedicado años de vida a sembrarla, cultivarla y cosecharla, en beneficio de todos.
Es por ello que con la Ley de Semilla “Venezuela está una vez más a la vanguardia de lo que nosotros llamamos la soberanía, el respeto y la independencia de nuestros pueblos”, sentenció Ureña.

Fuente: AVN 21/10/2014 11:32
Compilador. William Castillo Pérez

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