lunes, 21 de junio de 2010

LA HISTORICA DEPREDACION DE LOS GRINGOS

A, los compatriotas que en la Asamblea a Nacional se rasgan las vestiduras defendiendo al presidente de la hermana república de Colombia que hoy nos amenaza, con acusarnos ante el tribunal de la haya, (a ultima hora nos han informado que Uribe Vélez retiró la denuncia, o decidió no denunciar) que lastima porque iba a salir completamente trasquilado.
Este presidente, que, vive empeñado en mentirle a su país, y al reto del mundo, que es la máxima expresión del cinismo, hoy esta convirtiendo al territorio colombiano en un inmenso porta aviones listo para atacarnos en el momento que su amo el imperio norteamericano consideren preciso y necesario.

Para hincarle el diente a los recursos energéticos, hídricos, y de otro tipo de materiales, que advierto que si nos llegasen a atacar sería lo único que podrían llevarse de aquí, y eso es, sí tienen éxito en su invasión negada.
Porque de aquí no podrán llevarse nuestra gente, ni sus sentimientos, inteligencia o sabiduría. Sí algún venezolano, podrán llevarse de aquí, será la escoria apátrida que ahora les sirve, y por ello no le garantizamos la ganancia, porque traidor siempre será traidor.
Al diputado Ismael García, al diputado Ricardo Gutiérrez, al diputado Juan José Molina, al diputado Wilmer Asuaje, y otros que no recuerdo. Ustedes, quienes han demostrado, ser de muy mala memoria les digo; no queremos, que rectifiquen o cambien de opinión, sólo queremos, que recuerden, que llegaron a esa tribuna, con los votos que el pueblo, le dio al presidente Chávez para que lucharan por su –la del pueblo- felicidad.

Ustedes, hoy están traicionando, a ese pueblo que los eligió, a cambio del pago de 30 dinares, que les dieron por su traición. Y consecuentemente ese pueblo les cobrara, dicha traición.
Nuestro presidente, no habló de guerra, el habló de prepararnos para el ataque y ese ataque no es de flores, ese ataque es una guerra que esta en marcha dese hace mas de 10 años, y sí, el imperio y sus jala bolas externos e internos, salen como llorona, a decir que nosotros vamos a ir a la guerra. Les decimos, que, nosotros no vamos a ir a la guerra, es que sí la guerra de ellos viene a nosotros: encontraran GUERRA.
Esa matriz de opinión que promueven globovisión y la banda opositora, por un lado, y los diputados y gobernadores traidores y apátridas por otro lado, no crea que nos van a amedrentar.

Antes que naciera el nefasto presidente de estados unidos, Cuba hizo morder el polvo, en la bahía de cochinos, a una invasión de los Estados Unidos, y sus socios de esa época; a saber Guatemala, Nicaragua Costa rica y el salvador. Hoy los Estado Unidos quieren atacar a Venezuela porque para ellos, el presidente Chávez es una piedra en el zapato.
Debe recordar el grupo de apátridas, que hoy Venezuela sigue siendo un país de guerreros realmente libertarios y justos y no estamos solos.
Aquí, les dejo esta parte de la historia contemporánea de la agresión imperial contra Cuba, para que se miren en ese espejo. Respeten al pueblo.


“Robert McNamara, secretario de defensa (ministro) norteamericano en 1961, ha dicho que en el gobierno de estados unidos “estábamos histéricos con Castro durante y después de la época de la bahía de cochinos”.
Y con esa histeria se reflejó en planes y acciones que iban desde la fría crueldad hasta el absurdo ridículo, pasando por meticulosas operaciones militares y paramilitares. No se dejo nada al azar.
Después del fracaso de la invasión de Girón, la comisión de investigación encargada, por el ejecutivo al General Maxwell Taylor para determinar las causas, devino un grupo especial sobre Cuba que se reunía todos los jueves. Los integraban: McGeorge Bundy, asesor de seguridad del Presidente; Alexis, Johnson del departamento de estado; Roswell Gilpatric, del departamento de defensa; John McCone, nuevo director de la CIA y el General Lyman Lemnitzer, del estado mayor, el fiscal general Robert Kennedy asistía a casi todas la reuniones y algunas veces también Dean Rusk y McNamara, secretarios de estado y defensa respectivamente. De estas reuniones surgió la operación Mangosta contra Cuba.
Para coordinar las acciones de la CIA. En mangosta, como los militares y políticas de los departamentos de estado y defensa, fue designado el general Edward Lansdale, cuyos galones eran haber neutralizados.

Las guerrillas en Filipinas y ciertos servicios en Vietnam. También para las operaciones fue creada la fuerza W con más de cuatrocientos norteamericanos empleados entre Miami y Washington. En Miami. La CIA había creado su estación más grande del mundo. La JM Wave, que además de utilizar los oficiales CIA norteamericanos, contaba con miles de agentes CIA de origen Cubano.

El proyecto contó con una fuerza naval que tuvo a su cargo las operaciones comando y una pequeña Fuerza Aérea. El plan disponía de 100 millones de pesos anuales y se organizo en seis etapas que debían culminar en octubre de 1962, con el estudio realizado por el Pentágono para una intervención militar directa de Estados Unidos. Las etapas incluían hechos siniestros como atentados a los dirigentes cubanos y sangrientos sabotajes, algunos muy refinados, como lanzar sustancias no letales en los campos de caña de Cuba, a fin de que los trabajadores enfermasen, se derrumbara la zafra y, por tanto, la economía cubana. Era como una especie de adelanto al dengue hemorrágico.

Y también contemplaba fases que, vistas a la distancia, no carecen paradójicamente de sentidos del humor. Eran aportes de Lansdale.
Los documentos del senado de Estados Unidos describen una de las maniobras de la siguiente forma.

…Este plan consistía en divulgar que el segundo advenimiento de Cristo era inminente y que Cristo estaba en contra de Castro […] Y que al divulgar esto en Cuba no importa en que fecha, habría una manifestación en ese sentido. Y que en esos momentos – esto es totalmente cierto – habría en el horizonte un submarino norteamericano que emergería frente a las costas de Cuba y lanzaría luces de bengala. Esta sería la manifestación del segundo advenimiento y entonces Castro sería derrocado. Bueno algunos burlones llamaron a esta operación la eliminación por la iluminación.

En el congreso de Estados Unidos se acogió burlonamente la idea de Lansdale. Pero sí hubiesen hecho un poco de memoria, o mejor, sí resultasen victima de las maquinaciones de la CIA, no encontrarían tan absurda la trama comentada. Ese mismo año 1961, la CIA había lanzado una intriga en Cuba con base tan ridícula como el susodicho plan Lansdale. Fue la versión de que la revolución enviaría a la URSS a todos los niños menores de 12 años. Sin embargo, la bola de la patria potestad, como se sabe, cobró fuerza con la distribución de una supuesta ley del gobierno Revolucionario, en realidad un documento prefabricado por la CIA. El balance fue la remisión no a la URSS, pero si Estados Unidos, de unos quince mil niños, cuyos padres timoratos los mandaron solos a su suerte, “Para no perder la patria potestad”.

Y es que la histeria en Washington, a causa de Cuba, llevo a recurrir a todo para ahogar la Revolución, desde el crimen hasta el ridículo.
Un memorándum interno de la CIA, en aquella época, refleja porque no cabían los escrúpulos con respecto a Cuba. Dado la publicidad en 1975, decía textualmente: ..”Conclusión derrocamiento de Castro si es posible […] la solución al problema de Cuba tuene prioridad para el gobierno de Estados Unidos. No se puede escatimar tiempo, dinero esfuerzo o recursos humanos”. Tampoco se escatimo el ridículo.

Pero el derrocamiento de la Revolución Cubana era un objetivo muy, pero muy difícil… sencillamente imposible. Los golpes dados a la contrarrevolución interna, en noviembre, produjeron una relativa tranquilidad durante diciembre en la isla.
Al mismo tiempo, la sangre de los brigadistas Conrado Benítez, Manuel Ascunce y Delfín Sen, lejos de amedrentar a los jóvenes, hizo mas masiva e intensa la participación en la épica tarea de enseñar a leer y escribir a todo el que no supiera. A partir de la segunda quincena del mes, comenzaron a llegar a la Habana los alfabetizadores de todo el país, acogidos con todo el calor de que era capaz el pueblo de la capital, para participar en la gran concentración de la victoria educacional, tan emotiva como la militar en el mismo año.
El 23 de diciembre se conoció una muestra de lo que, sin saberse en aquel momento, era parte de la operación mangosta.

Dos miembros de un equipo de infiltración de la CUA, capturados en la ensenada de Cortés, Pinar del Río, confesaron ante la televisión cubana cómo llegaron, en lanchas rápidas desde Miami con sofisticados equipos para realizar saboteos y atentados. Ellos explicaron el funcionamiento de las escuelas para el asesinato y el terrorismo en Estados Unidos. Entre los explosivos traídos figuraban minas para hacer estallar los vagones de pasajeros de los ferrocarriles. Paralelamente, el gobierno norteamericano hacía desesperados esfuerzos por aislar a Cuba. Para combatir a la Revolución cubana, los oficiales de la CIA y funcionarios estadounidenses, cumplían la orden de no escatimar en nada, de excluir los escrúpulos.
La reunión del consejo de la OEA, a propuesta del gobierno de Lleras Camargo, con la finalidad de convocar a una conferencia de cancilleres para conocer “una amenaza extra continental”, se efectuó el 4 de diciembre. Sorpresivamente estados Unidos, que no había vacilado en derrocar a los presidentes de Brasil y Ecuador, para tratar de obtener el voto catorce que necesitaba contra Cuba (dos terceras partes de los miembros de la OEA, según los estatutos), obtuvo la aprobación de la convocatoria.

México y Cuba votaron en contra, Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y Ecuador se abstuvieron, que era como votar en contra. Pero Uruguay, que todo el mundo suponía se abstendría también, voto a favor.
Solo al día siguiente estallo el escándalo. El presidente del congreso uruguayo, Eduardo Víctor Haedo, a pesar de una reunión de veinticinco minutos con el embajador de Estados Unidos, Edward Sparks, reiteró la posición de su país.

¿Qué había ocurrido entonces? Sencillamente que el voto del delegado de Uruguay, el embajador Carlos Clulow, había sido comprado por Estados Unidos. Haedo declaro públicamente que el susodicho funcionario había desobedecido sus instrucciones, Clulow renunció y quince días más tarde tuvo un inesperado rasgo de franqueza, rayana en el cinismo, cuando confesó, como causa de su traición, “el cansancio creciente en Estados Unidos ante la s vacilaciones.” De ese brutal modo, la conferencia de cancilleres fue fijada para el 22 de enero de 1962, en Punta del Este, en Uruguay, donde se repetiría la compra-venta de votos.
Por otra parte, los informes de algunos especialistas de la CIA, que recibía el gobierno de los Estados unidos, eran que, de todos modos, la Revolución cubana era internamente respaldada por la población y no seria factible la buscada insurrección en la isla. Por eso recomendaba la intervención directa. La administración norteamericana se fue inclinando más y más hacia esa opinión.

Estos fueron los orígenes de la crisis de octubre de 1962, la crisis del Caribe. El mundo estuvo como nunca antes al borde del holocausto nuclear, pues la histeria era efecto y no causa. El empeño norteamericano de continuar explotando a Cuba y de silenciar su ejemplo fue la verdadera causa de Girón y de octubre.
Pero ni la iluminación de luces de bengala ni la posibilidad nuclear podrán eliminar la decisión del pueblo cubano de ser libre y soberano. Ni en el año de Girón ni en cualquier otro”.
Extracto del libro “Diario de Girón” de Gabriel Molina.
(Histeria en Washington)
PATRIA SOCIALISMO O MUERTE ¡ESTAMOS VENCIENDO!
William Castillo p.

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